República Dominicana : un tapiz multicolor
La República Dominicana es un tapiz multicolor de influencias españolas, francesas, haitianas y africanas enmarcadas dentro de una historia de gran riqueza. Cristóbal Colón describió esta tierra exuberante como “una bella isla paradisíaca con altas montañas boscosas y grandes valles y ríos”. Esta afirmación es tan verdadera hoy en día como en 1492. Además de lo confortable del sol, el mar y la arena, la República Dominicana ofrece una experiencia cultural excitante y exclusiva, que cautiva los sentidos.
Éste es un destino turístico como ningún otro una fiesta sensorial de deslumbrantes paisajes, exótica cocina, y una notable variedad de opciones de arte y entretenimiento. La emoción rítmica del Merengue, las intrigantes reliquias de los siglos pasados, tabacos de primera y también béisbol de categoría mundial, esperan por ti. La República Dominicana es un lugar de sorpresas que deleitará incluso al viajero más experimentado.
Playas
Las playas de la República Dominicana son ampliamente celebradas como pertenecientes a las mejores del mundo por buenas razones. Aquí, más de 1.500 kilómetros de arenas de colores son suavemente bañadas por aguas tan claras que hay que verlas para creerlo. Dependiendo del lugar, las playas ofrecen un delicado rumor para quien desee hacer una siesta a la orilla del mar o suficiente brisa para quienes prefieren andar a la deriva practicando kiteboarding.
Arenas blancas súper finas acompañadas de cocoteros delinean la costa este mientras finas arenas doradas caracterizan las playas de la costa norte.
Agregando un tercer color a la paleta cromática, existen las arenas grises de Barahona en el oeste. Algunas de estas áreas poseen resorts que cuentan con una amplia gama de deportes marinos, sitios de comida, gente disfrutando de la vista y otras actividades.
Mientras tanto, hay quienes llevan a los visitantes a lugares de absoluta tranquilidad y paz, en playas inhabitadas. Aquí, los únicos intrusos son los altos cocoteros y la ululante brisa.
Museos Y Arqueologia
La República Dominicana tiene una rica historia que se remonta hasta 8.000 años atrás con la llegada de los indios Taínos. Luego del descubrimiento de la isla por Cristóbal Colón en 1492, la República tuvo una épica interacción con España, Francia, Haití y África. No es de extrañar, entonces, que la República Dominicana posea una impresionante colección de reliquias personales y culturales de siglos pasados.
El país ha hecho un magnífico trabajo de conservación y preservación de estos objetos así como de la estructura histórica en la cual son alojados. Visitando las más importantes ciudades de la República Dominicana, especialmente Santo Domingo, los turistas pueden fácilmente quedar sumergidos en las leyendas históricas que acompañan algunos de los más viejos museos y sitios arqueológicos del Nuevo Mundo.
La República Dominicana tiene también una deslumbrante colección de piedras naturales y gemas que sólo pueden ser encontradas en la isla. Cerca de Barahona, una turquesa azul (piedra pectosita) conocida como Larimar, ha sido cultivada de las rocas volcánicas que conformaron la isla en sus comienzos. La gema más popular del país, el ámbar, es el resultado del endurecimiento de la savia de un árbol, capturando a veces a pequeñas plantas, animales e insectos dentro de sí, hace millones de años. Estas dos huellas geológicas son utilizadas en joyería, a veces juntas y a veces como piezas individuales.
Los museos del país y los lugares arqueológicos sorprenden a los adultos y les proporcionan lecciones históricas a los niños. Desde joyería hasta objetos religiosos, de castillos a cuevas, cada lugar muestra una gran variedad de aspectos únicos de la colorida herencia de la isla.
Cosas Que Hacer
Deportes todo el año, vida nocturna efervescente, tiendas inigualables, magníficos parques nacionales y casinos de fama mundial hechos para ser incluidos en su lista de cosas por hacer en vacaciones. Pero cuando vea sus espectaculares playas, usted sólo debe tomar su silla y relajarse.
Actividades al aire libre como golf, buceo, windsurfing, kiteboarding y la navegación constituyen una manera emocionante de experimentar la belleza natural del país y sus playas. Con más de dos docenas de parques nacionales, están disponibles otras opciones más calmadas de comunión con la naturaleza como caminatas y observación de pájaros.
Las actividades a cubierto dan la oportunidad de probar suerte, bailar toda la noche, o ir de tiendas para recuerdos curiosos como máscaras de carnaval, el ámbar, y una panacea extraña y líquida llamada Mamajuana.