Lunes 21 de enero de 2013
HIGÜEY.-El presidente Danilo Medina y la Primera Dama Candy de Medina asistieron hoy a la misa celebrada en la Basílica de Higüey con motivo de conmemorarse el Día de la Virgen de la Altagracia, protectora del pueblo dominicano.
El jefe del Estado y su esposa llegaron al templo religioso a las 9:15 de la mañana, siendo recibidos por el obispo de la Diócesis de Higüey, monseñor Nicanor Peña Rodríguez.
A su entrada a la Basílica, el presidente Medina fue recibido con cerrados aplausos por feligreses presentes para venerar a la Virgen de la Altagracia. Camino hacia el lugar que ocuparía en la Basílica, varias personas interrumpieron el paso del mandatario para saludarlo y tomarse fotos con él.
La misa fue oficiada por monseñor Peña Rodríguez, y concelebrada por todos los sacerdotes de la Diócesis, encabezados por el padre Evaristo Areché, rector de la Basílica, y Juan de los Santos, vicario general.
A su llegada, el Presidente recibió los honores correspondientes rendidos por el Batallón de Honor de la Guardia Presidencial y una salva de 21 cañonazos.
El gobernante llegó acompañado de los ministros Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, y de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, y de su asistente personal, Carlos Pared Pérez.
Junto al mandatario ocuparon puestos de honor en el templo, además de los ministros Peralta y Castillo; el ministro de las Fuerzas Armadas, Sigfrido Pared Pérez, de Educación, Josefina Pimentel; de Educación Superior, Ligia Amada viuda Cardona y el presidente del Tribunal Constitucional, Milton Ray Guevara.
También, el banquero Alejandro Grullón y su esposa Melba de Grullón; el senador de la provincia La Altagracia Amable Aristry Castro, su esposa Angélica, su hija Karina, alcaldesa del municipio; la senadora de La Romana, Amarilis Santana, y el empresario turístico Frank Rainieri, entre otros.
LA HOMILÍA
En su homilía, monseñor Nicanor Peña Rodríguez hizo referencia a la crisis familiar que afecta a las sociedades, no sólo a la dominicana, sino en todas partes del mundo, por lo que apeló a la fe para superar todos los males sociales.
“Una fe que no lleva al compromiso, es una fe vacía”, expresó el obispo, quien llamó al respeto a la mujer, sea madre, hija, esposa, hermana, tía, sobrina o abuela.
El prelado afirmó que la crisis que afecta a las familias es la responsable de muchos males, entre ellos la delincuencia.
Llamó a asumir la fe como un compromiso y un estilo de vida y manifestó que “en medio de tanta violencia intrafamiliar, debemos llevar a Dios en nuestros corazones”.
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