El presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, de visita en Madrid, propone un pacto global contra la especulación financiera de productos básicos Las imágenes de las protestas callejeras en Barcelona reciben al presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, cuando aterriza en España de camino a una gira por Oriente Próximo. Fernández (Santo Domingo, 1953) ha mantenido encuentros con empresarios y ha firmado un acuerdo entre la fundación de estudios internacionales que preside, Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), y el Grupo PRISA (editor de EL PAÍS). Sobre las razones que están llevando a poner todo en cuestión en países estables y solventes hasta hace poco, cree que los Gobiernos no son los culpables de la situación y que las protestas están equivocando su objetivo. "Cuando en España se protesta por el efecto social que la crisis está teniendo, se comprende. Pero los responsables no son los que creemos. Los responsables han sido una fuerza invisible, una economía financiera global desregulada donde ha habido muchas complicidades, y nadie los ha enfrentado". En un mundo que se había olvidado de los golpes de Estado, "lo que está ocurriendo en Grecia es un golpe de mercado", afirma, tomando prestada una expresión que se popularizó en Argentina en la crisis de finales de los años ochenta. Fernández se indigna con el "nivel de crueldad y la falta de humanidad" de la situación. "No importa que la gente pierda el empleo, que no tenga ingresos, que los echen de sus casas, ¡no importa nada! Lo importante es que paguen a los bancos. A los bancos que crearon los problemas. Es una especie de conspiración mundial contra la estabilidad de los países, con unos Gobiernos que no tienen fuerza para poder enfrentarse a todo eso". En el centro de esas "complicidades" en la especulación financiera, Fernández sitúa a "agencias calificadoras de riesgo que aprobaron operaciones de bancos que quebraron y nadie las regula". "Hay una vinculación de esas agencias con medios de comunicación que imponen el debate. Cuando esos periódicos sacan en primera plana lo que esas agencias dicen, los Gobiernos tiemblan, sin que puedan hacer nada, por el momento". Fernández dice todo esto desde la presidencia de un país que espera crecer más de un 5% este año, pero que sufre otro tipo de especulación: vive pendiente de los precios de los alimentos y del petróleo. Al contrario que a otros países de su entorno, no le beneficia el alza de precios. Más bien todo lo contrario. Afirma que en ambos casos son grupos de especuladores "que nada tienen que ver con el mercado" los que están influyendo en los precios. "Hay alguien que va al mercado de Chicago, por ejemplo, una compañía de seguros o un banco, y suscribe contratos a futuro. El que compra el trigo es otro igual, y hasta que no vence el plazo del contrato, eso puede pasar de una mano a otra", explica. "El otro día, Nicolas Sarkozy dijo que hay un 35% más de transacciones financieras a futuros que transacciones físicas. Eso está generando una presión en los precios de la transacción física real". Asimismo, cualquier crecimiento de su país "tiene la limitación del petróleo". "Lo que hemos propuesto es un pacto global contra la especulación financiera de productos básicos. Y ya hemos encontrado una respuesta positiva de muchos países". Ese pacto no debe hacerse en el G-20, que considera "un club de ricos", sino en las Naciones Unidas, a las que llama "el G-192". "Estamos hablando de que hay cuatro trillones de dólares que circulan libremente por el mundo con dar un clic a una computadora, y nadie lo controla. El mundo no puede seguir así. Porque vamos hacia el abismo. Muchas de esas transacciones irregulares incluso tienen seguros, que no son tales porque nadie los ha vigilado. ¿Sabe a cuánto ascienden esos seguros de impago? Por encima de los 150 trillones de dólares. Más de ocho veces el PIB del planeta". El presidente dominicano es firme partidario de romper la tradición de dirección europea en instituciones como el Banco Mundial y el FMI.
La candidatura del mexicano Agustín Carstens a dirigir el Fondo "significa el reconocimiento que merece América Latina como región". Como miembros de la ONU "es un derecho que nos correspondería y que se nos ha negado desde que en 1945 se crearon estas instituciones". Fernández dibuja un panorama preocupante de su vecino Haití, donde afirma que "hay un estancamiento", año y medio después del terremoto de enero de 2010 que estremeció al mundo. "Los escombros no han sido recogidos. Los proyectos de viviendas no se han iniciado. Naturalmente, esto obedece también a que la comunidad internacional no ha estado a la altura de sus promesas". Por parte de República Dominicana, "estamos cumpliendo con nuestro compromiso de construir una universidad en Cabo Haitiano que esperamos poder entregar en enero de 2012, con motivo del segundo aniversario del terremoto". El presidente, que acaba mandato en 2012, considera que los retos de República Dominicana para el año próximo son enormes, tantos que al enumerarlos se siente obligado a hacer una aclaración. "Queda por terminar la segunda línea del metro. Esperamos seguir avanzando en el sector eléctrico nacional. Tenemos retos en generación, distribución y transmisión de la energía. Esperamos inaugurar antes de final de año las primeras estaciones eólicas. Esperamos que lleguen a 100 megavatios antes de acabar. Tenemos grandes proyectos de infraestructuras... Son tantos los proyectos que nos quedan en un año que si no hubiese dicho que no me iba a presentar otra vez se creería que la enunciación de estos proyectos es una incitación a la reelección". Hecha la aclaración, rechaza dar consejos al que sea su sucesor en la presidencia. "Cada presidente tiene su programa, aunque hay cosas que deben ser políticas de Estado".